martes, 18 de noviembre de 2008

CARTA de JOANA T. con grato mensaje sobre la película 'El lector'

Hola,
Me ha gustado mucho vuestro blog. Ojalá todos los clubs de lectura fueran tan generosos abriéndose así en el tiempo y el espacio.
Quería únicamente añadir un comentario y no he encontrado dónde: de El lector se acaba de hacer una adaptación cinematográfica protagonizada por Kate Winslet y Ralph Fiennes (¡nada menos!).
Se habla de ello en la web de la actriz:
http://www.katewinslet.es/
y el trailer puede verse en:
http://www.apple.com/trailers/weinstein/thereader/

Gracias de nuevo, y seguimos en contacto.
Joana T.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

INTERESANTE ENTREVISTA al escritor alemán BERNHARD SCHLINK

Miércoles, 4 de Mayo de 2005

BERNHARD SCHLINK:
"Cuando uno toma distancia, es más fácil ver los matices"
El autor habla sobre los perturbadores dilemas éticos que derivan de El lector, una novela que aborda el nazismo desde una perspectiva diferente

Por Silvina Friera
La complejidad de las secuelas que dejó el nazismo en la sociedad alemana es la columna vertebral de El lector (Anagrama), novela que se publicó en 1995 y que pronto se convirtió en best seller cuando Oprah Winfrey la recomendó en su popular programa de televisión. Como Michael, ese chico de quince años que se enamora de una mujer de treinta y seis sin saber que ella fue guardiana en un campo de concentración, Bernhard Schlink busca un sitio para la comprensión y la condena, pero sabe que las dos cosas al mismo tiempo no pueden coexistir. El escritor alemán, que además es juez y profesor de derecho, escribió esta deslumbrante novela para reflexionar sobre ese pasado, a la luz de un puñado de dilemas éticos. La única certeza es que juzgar a los que cometieron delitos de lesa humanidad no eximía a toda una generación –la del propio Schlink– de la vergüenza. "Lo más inquietante para la humanidad son los problemas éticos de la moral", asegura Schlink, que hoy se presenta en la Feria del Libro, a las 18.30, en la sala Leopoldo Lugones.
Su interés por la ética es producto de una herencia familiar que el escritor alemán fue alimentando con sus búsquedas personales: su padre era un teólogo protestante; su madre, calvinista, había estudiado teología. La paradoja de Schlink es que estudió derecho "porque un abogado siempre debe llegar a un resultado y no puede perder el tiempo en discusiones filosóficas o literarias", pero se dio cuenta de que algo le faltaba. Y a la hora de ajustar cuentas, descubrió que la literatura también ayuda a mirar la realidad, disparando dilemas éticos perturbadores, como en algunos de los cuentos que integran el volumen Amores en fuga y en el ciclo de novelas protagonizadas por el detective Selb. Schlink potencia y extrema los dilemas éticos en El lector, novela que será llevada al cine por Anthony Minghella (director de El paciente inglés). Michael Berg, un adolescente de quince años enfermo de hepatitis, es ayudado en la calle por Hanna, una mujer que tiene treinta y seis y trabaja vendiendo boletos en el tranvía. Entre ellos comenzará una relación amorosa que incluye un ritual: Michael le lee en voz alta Emilia Galotti, de Schiller, y Guerra y Paz, de Tolstoi, entre otros libros. Hasta que un día, sin previo aviso, ella se va de la ciudad. Años después, Michael concurre al Palacio de Justicia como estudiante avanzado de derecho, para seguir las alternativas de un juicio contra un puñado de mujeres que habían trabajado de guardianas en un campo de concentración. Ahí es cuando se reencuentra con Hanna. Ella es una de las acusadas.
Mientras sigue las sesiones del juicio y escucha cómo esas mujeres siguen presas del embrutecimiento con el que vivieron como un hecho cotidiano la cámara de gas, descubre que ella es analfabeta. La vergüenza es una palabra clave en esta ficción: la sienten Michael y los jóvenes estudiantes de abogacía –respecto del pasado nazi– y Hanna, que no busca defenderse porque prefiere ocultar su condición de analfabeta. El mayor dilema de Michael –que aunque la ama no duda de que ella debe ser condenada– es si debe hablarle al juez para informarle por qué esa mujer no comprende lo que le preguntan, por qué no puede formular lo que piensa ni sabe explicarse bien. Schlink dice que todo libro es autobiográfico, pero cuando se le pregunta si hubo una Hanna en su vida o qué aspectos de su experiencia aparecen reflejados en la ficción, Schlink sonríe con timidez y señala: "No me parece importante aclarar qué cuestiones son o no autobiográficas".
–Durante el juicio, Hanna le pregunta al juez qué habría hecho en su lugar. ¿Qué le respondería a Hanna si le hiciese a usted la misma pregunta?
–Es una pregunta que involucra, según el caso, al juez o a los lectores. Yo no sé qué diría (piensa)... nada está demasiado claro, es una situación más complicada de lo que parece, porque cuando se formula semejante pregunta es demasiado tarde para acordarse de la ética. Y aun cuando sabemos lo que está bien o mal, eso no significa que será fácil hacer lo bueno o lo correcto.
–¿Tanta vergüenza genera el analfabetismo en Alemania?
–Sí, no sólo es un problema de los países del tercer mundo; en los países industrializados de Europa hay altas tasas de analfabetismo: un tres por ciento de la población alemana es analfabeta; lo que ocurre es que no lo queríamos aceptar. Los analfabetos sienten tanta vergüenza que hacen todo tipo de trucos para ocultar su condición, como comprarse el diario cada mañana y sentarse en un café a hacer de cuenta que lo leen. O si en la calle se pierden y no saben dónde están dicen que se olvidaron los anteojos y que por eso no alcanzan a leer el cartel.
–¿Hanna sólo puede redimirse cuando aprende a leer y escribir?
–Creo que ella no se redime porque no puede enfrentar el mal que ha hecho, aunque aprenda a leer. Quizá comprende mejor lo que hizo y por eso no lo soporta. Pero no estoy demasiado seguro de por qué ella se suicida. Mientras estuvo en la cárcel se había retirado tanto del mundo y de la sociedad, que ella no sabía si iba a ser capaz de dar una vuelta de tuerca tan radical en su vida como para volver a enfrentar el mundo. La misión de un autor es escribir un libro y no interpretarlo (risas). Yo también trato de interpretar, me pregunto "qué pudo haber pasado si..."
–¿Hubo cuestionamientos por la relación amorosa entre un joven de quince años y una mujer de 36?
–Sí, sobre todo en Estados Unidos. Estuve en un diálogo con Oprah Winfrey y toda la primera parte de la entrevista se trató el tema del abuso sexual. En Alemania, en cambio, muchos me dicen que no es una historia de amor normal y me parece una observación muy linda para pensar qué es una historia de amor normal. Es un hecho que, desde el punto de vista de la ley, ella estaría abusando del chico, pero yo no veo a Hanna como una corruptora de menores. El personaje tiene 15 años y no es un niño, es un joven mucho más maduro de lo que parece. Pero también creo que tenemos que saber lidiar con las cuestiones no normales de la vida y del mundo.
–Michael dice que su generación sintió mucha vergüenza por el nazismo ¿Cómo lo vivió usted?
–Para mí y para todos los de la segunda generación después de la guerra, el nacionalsocialismo era una historia del terror o del horror, pero nuestros profesores, o incluso nuestros parientes, aquellas personas que admirábamos y queríamos de alguna manera habían sido parte de este horror porque permitieron que sucediera. El problema que plantea el libro es el problema de mi generación: esas personas que cometieron monstruosidades no necesariamente eran monstruos. Creo que sería mucho más fácil vivir si aquellos que cometen cosas monstruosas tuvieran caras de monstruos. Esto no sólo se puede aplicar a Alemania, me parece que es una experiencia similar a lo que ocurrió en Argentina con la dictadura militar.
–¿Qué repercusión tuvo el libro en la sociedad alemana, teniendo en cuenta que usted presenta a la guardiana del campo de concentración con un rostro muy humano?
–Sí, hubo muchas controversias. La memoria acerca del nacionalsocialismo lleva más de cincuenta años y esto hace que se vaya transformando y adoptando formas diferentes. En algún momento lo más importante era juzgar de manera clara, pero en la medida en que uno se va distanciando temporalmente es más fácil ver los matices. Mi libro se publicó justamente en un momento de quiebre entre un período en el que sólo se buscaba juzgar y otro en el que se necesitaba la distancia para mirar. Y creo que mi novela ha aportado algo a este cambio, generó un sentimiento hacia esa complejidad: quienes participaron del nazismo y cometieron monstruosidades no son necesariamente monstruos.
–¿Por qué vuelven a reaparecer los grupos neonazis?
–El tema tiene una gravitación mucho más importante en las zonas de la antigua República Democrática. Los jóvenes que se querían rebelar contra el sistema comunista del este se decían neonazis como una forma de cuestionar al sistema. La diferencia principal con el nacionalsocialismo de la década del 20 y del 30 es que los grupos neonazis no atraviesan todos los estratos sociales; los neonazis de los noventa son jóvenes desempleados que quieren expulsar a los extranjeros. Pero en la medida en que consiguen un trabajo y logran estabilizarse abandonan este tipo de posturas. Están unidos sólo por un conjunto de eslóganes como "Alemania tiene que volver a ser grande", "los extranjeros tienen que irse", pero no tienen un programa.

martes, 4 de noviembre de 2008

INAUGURATIO: ACTA de la 1ª SESIÓN


CLUB DE LECTURA GINER
INAUGURATIO

Inicia su andadura el Club de lectura “Giner”

El martes, 28 de octubre de 2008 —curiosamente regidos y auspiciados por los números 2 y 8— comenzamos nuestra ¿aventura?.

Nos reunimos 8 personas —otra vez el 8—, cinco vinculadas al Centro: Tomás, Graciela, Cristina, Mª Jesús y Carmen y otras 3 ajenas a él: Emma, Chony y Bernardino.

  • Se hace una breve exposición sobre nuestros intereses y objetivos, que son muy simples: encontrarse periódicamente para charlar sobre un libro seleccionado y leído previamente. Ni más, ni tampoco menos.
  • El hecho de que las reuniones se realicen en el IES Giner de los Ríos no significa que la actividad esté circunscrita al Centro. Al contrario, el club tiene una vocación abierta y están invitados cuantos lectores quieran acudir.
  • Para facilitar la comunicación y la difusión de nuestras actividades se ha creado una cuenta de correo, clubginer@gmail.com y un blog, clubginer.blogspot.com.
  • El libro que se había seleccionado para iniciar este proyecto es El lector de Bernhard Schlink.
  • Pensábamos que esta primera reunión iba a ser una mera toma de contacto, pero como todos habíamos leído el libro excepto una persona, pasamos directamente al ataque y.... en amena charla comentamos muchas cosas sobre el libro y es que... tiene mucha miga.

¿Qué dijimos?

1.- ¿Fue una buena elección?
  • Sí por unanimidad. Es un libro que engancha, no es difícil de leer, es sintético, no tiene paja, sorprende porque da muchos giros narrativos y, aunque según algunos, es lento al inicio, incluso anodino, luego sorprende con una profundidad inesperada.
  • Aunque es breve y aparentemente fácil, es un libro seguramente de gestación larga y muy meditado.

2.- ¿Qué hemos visto en él?

La relación ¿amorosa?

“… una seducción que no emanaba de los pechos, las piernas y las nalgas, sino que era una invitación a olvidar el mundo dentro del cuerpo”
  • La mujer (deseada, amada) como espejo en que se refleja el hombre y en el que vuelca sus inquietudes.
  • Una relación que casi anula todas las demás vivencias y sobre todo a las demás mujeres.
  • Es una vez más el tópico de la iniciación sexual de un adolescente con una mujer madura, frecuente en el cine, sobre todo italiano.
  • En cualquier caso, ¿resulta verosímil al lector?
  • Una relación desigual, una relación de poder y sometimiento, un ancla ante una vida muy limitada.
  • ¿Realmente había enamoramiento?
  • Tres etapas en la vida de un hombre: adolescencia, juventud y madurez y cómo están marcadas por una relación ¿sentimental?, ¿amorosa?, ¿simplemente sexual?
“ Los estratos de nuestra vida reposan tan juntos los unos de los otros que en lo actual siempre advertimos la presencia de lo antiguo y no como algo desechado y acabado, sino presente y vívido.”

La vergüenza ...

“ Luchaba siempre y había luchado siempre, no para demostrar a los demás de lo que era capaz, sino para ocultarles de qué no era capaz”

... y la culpa

“...Y si no era culpable por traicionar a una criminal, sí lo era por haber amado a una criminal”
  • ¿Puede más la vergüenza personal que la enorme culpa histórica?
  • ¿Hay culpa en amar al culpable?
  • Sólo es verdugo el que se ve en la coyuntura de serlo, y los que los juzgamos, en la misma coyuntura, ¿habríamos sido también verdugos?
“A ver ¿Qué habría hecho usted en mi lugar?”
  • Los alemanes juzgaron a sus criminales y así se limpió de culpa toda una generación y también las siguientes.
  • Se contrapone el caso alemán al español, donde no ha habido esa depuración.
  • La indiferencia —¿anestesia?— del verdugo ante el horror.
Los personajes

  • Salvo el protagonista y Hanna, son anecdóticos.
  • Tibieza de un padre intelectual distante al que sólo acude como profesional de la filosofía.
  • Las otras mujeres se despachan en pocas líneas, incluso su hija y su madre.
Hanna
  • Impregna todo con su olor y su historia.
  • Extrañas e inexplicables reacciones: en el tranvía, por ejemplo.
  • ¿Tenía una vida aparte de su relación con el protagonista? En todo caso, muy limitada por su analfabetismo.
  • Establece siempre relaciones con seres jóvenes y débiles.
  • ¿Por qué se abandona en la cárcel? Se plantean dos hipótesis:
a.- pese a su esfuerzo, no recibe las cartas que esperaba de él.
b.- saber leer la conduce a libros sobre campos de concentración y se vuelve consciente de la magnitud de su culpa.
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Comentamos todos estos aspectos, otros muchos flotaron en el aire o se quedaron en el tintero de nuestros pensamientos sin aflorar.

Muchas preguntas y muchos dilemas morales plantea esta novela tan sencilla a simple vista. Quizá resurjan en nuestra próxima reunión, cuando Graciela —y quizá algún otro lector que no haya podido acudir a este primer encuentro— nos exponga su visión.

  • El próximo encuentro será el martes, 18 de noviembre a las 19.30 horas con un nuevo libro: Sostiene Pereira de Antonio Tabucchi.
  • Y si queréis ir adelantando tarea, el martes, 9 de diciembre charlaremos sobre El hijo del acordeonista de Bernardo Atxaga.
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Un saludo a los participantes
y a los lectores desconocidos .... os esperamos en la próxima reunión, ¡animaos!

Si queréis poneros en contacto con nosotros, os recordamos nuestra dirección de correo electrónico clubginer@gmail.com

Y vuestros comentarios serán bienvenidos en nuestro blog clubginer.blogspot.com